jueves, 29 de abril de 2010

ACEITE DE OLIVA - PROTECTOR CARDIOVASCULAR NATURAL

El aceite, considerado en los círculos gastronómicos como el auténtico “oro líquido”, es la base de la dieta mediterránea, una de las más ricas y saludables del mundo.

La investigación alrededor del papel que juega la oxidación de los lípidos en las enfermedades cardiovasculares ha encontrado beneficios consistentes en el consumo del aceite como parte de la dieta habitual. También se han hallado propiedades igualmente beneficiosas en los frutos secos, con clara ventaja respecto a las de una dieta baja en grasas.

El experimento ha demostrado que la presencia de ambos en la dieta alimenticia cotidiana opera mejoras evidentes en pacientes con riesgo elevado de padecer enfermedades cardiovasculares como la aterosclerosis y otras dolencias de índole coronaria. De hecho, se ha podido comprobar que el nivel de LDL –el llamado colesterol malo- muestra una reducción importante en personas que incorporan el aceite como suplemento en su dieta. Esta reducción es aún mayor cuando se trata de aceite de oliva virgen.

La investigación ha puesto de manifiesto una relación directa entre la ingesta de aceite de oliva y la inhibición del proceso de oxidación de lípidos que originan la obstrucción de las arterias y la formación de la capa de ateroma, desencadenantes de la aterosclerosis, y dicha inhibición la posibilitan los componentes antioxidantes del llamado “oro líquido”.

Por otra parte, cabe destacar que el aceite de oliva virgen presenta mayor capacidad de reducción en la oxidación lipídica que otros tipos de aceite. De igual forma, de entre los frutos secos son las nueces las que muestran mayor capacidad en este sentido.

Los investigadores que han llevado a cabo los estudios resaltan los efectos multiplicadores del aceite de oliva virgen, cuya inclusión en la dieta acompañado de frutas, verduras y frutos secos, operan sólidas mejorías en personas con riesgo de enfermedades cardiovasculares.

PROPIEDADES DEL ACEITE DE OLIVA


El aceite de oliva, componente fundamental de la dieta mediterránea, no sólo posee excelentes propiedades para la salud, también es bueno para la piel y el cabello.
Entre los beneficios del aceite de oliva, se destaca el control del colesterol, gracias al ácido oleico, presente en su composición. Además, posee componentes antioxidantes, útiles para prevenir el envejecimiento, por lo que su consumo está especialmente recomendado.
De los aceites, el de oliva es el más rico en ácido oleico, grasa monoinsaturada, con efecto benéfico sobre el colesterol, ya que baja las tasas de LDL o colesterol malo y aumenta las de HDL o colesterol bueno. Lo que constituye al aceite de oliva, en un protector cardiovascular natural.

Se ha comprobado que consumir aceite de oliva previene la muerte celular, ya que entre sus componentes cuenta con antioxidantes. Los beneficios del aceite de oliva gracias a los fenoles, actúan previniendo el envejecimiento y mejorando las expectativas de vida.

De tal modo, el aceite de orujo de oliva, bueno para la hipertensión, también favorece el tratamiento de las enfermedades del corazón y del cáncer, además de estimular la vesícula biliar y la digestión.

Por otra parte, favorece la absorción de calcio y la mineralización, estimulando el crecimiento, además de tener un efecto protector y tónico sobre la piel y el cabello, por lo que su uso en remedios naturales de belleza está muy indicado. También los masajes en balnearios con aceite de oliva, van ganando adeptos.

DESAYUNO Y SALUD


Desayuno significa romper el ayuno nocturno.
Cumple la función fundamental de proporcionar la energía que necesitamos para accionar en la primera parte del día. Durante la noche el organismo consume gran parte de las sustancias energéticas y el nivel de azúcar en sangre (glucemia) es bajo, por lo cual es importante reponer los hidratos de carbono vitales para el funcionamiento de los músculos y el cerebro.

Se ha comprobado que las personas que no desayunan - o lo hacen con el célebre "café o mate solo"-, manifiestan fatiga, irritabilidad, cansancio, falta de concentración, ansias de dulces, o expresan "no sentirse bien de salud".

Por lo tanto habituarse a un mejor desayuno garantiza mayor rendimiento físico e intelectual y más energía para comenzar bien el día.

¿Qué debe contener un "buen desayuno"?


Debería contener básicamente:


• Frutas frescas
• Cereales integrales
• Ácidos grasos esenciales
• Miel o azúcares no refinadas

Veamos cada uno de estos elementos:

Frutas: de todo tipo, ralladas, cortadas en trozos, licuadas; pueden rociarse con jugo de limón para evitar su oxidación y mejorar la absorción de sales minerales. Si hay intolerancia a las frutas crudas puede recurrirse a frutas bien maduras o rallarlas un rato antes pues en contacto con el aire liberan enzimas que comienzan con su proceso digestivo. Si no, contemplar la posibilidad de comer alguna compota o frutas al horno.


Cereales integrales: aportan azúcares de absorción lenta, vitaminas del grupo B, minerales, proteínas, fibras (muy importantes para evitar la constipación) y pocos lípidos. Los cereales más comunes son: avena, arroz integral, cebada, mijo, trigo (por su gran riqueza en gluten puede ocasionar problemas intestinales en personas sensibles o con enfermedad celíaca). Pueden consumirse recién molidos o cocidos; la avena arrollada no necesita cocción.

Ácidos grasos esenciales: también llamados Vitamina F, son fundamentales para la nutrición celular. Podemos obtenerlos en semillas o frutos secos ricos en poliinsaturados como ser: lino, girasol, sésamo, almendras, nueces, avellanas. No suben el colesterol y se dividen en ácido linoleico y linolénico, ambos presentes en las semillas crudas o en los aceites de 1ra presión en frío.


Miel de abejas o azúcar integral no refinado; evitar el azúcar blanco (refinado) que altera el metabolismo de los minerales y produce una sobrecarga pancreática.


• También se puede adicionar levadura de cerveza Virgen (en polvo).

Las "granolas"

Las llamadas "granolas" suelen ser una mezcla de varios de los elementos antes citados. Se pueden hacer caseras, a bajo costo.


Vamos a dar una fórmula posible, que admite diversas variantes:

• 1 taza de avena arrollada (si se usan más tazas seguir la proporción)
• 1 cucharita de té de semillas oleaginosas (lino, girasol, sésamo)
• 4- 5 piezas de almendras y/o nueces
• 1 cucharada de uvas pasas
• 1 cucharita de té de levadura de cerveza
• miel o azúcar integral de caña


Se tuesta ligeramente la avena arrollada en una asadera (sin aceite), a horno moderado, durante unos 5´; se retira y se le agregan las oleaginosas y semillas. Volver al horno por 2´ y retirar: recién allí agregar las pasas, la levadura y mezclar con la miel o azúcar integral. Se le puede agregar coco rallado y canela. Guardar en un frasco de vidrio y usar todas las mañanas mezclado con frutas, compotas, jugos, yogurt descremado o leche de soja.

A este desayuno se le puede agregar una cucharita de té de polen de abejas (rico en minerales, vitaminas y aminoácidos) y acompañar con alguna infusión de su hierba preferida (manzanilla, tilo, menta, poleo, cedrón o mezclas de ellas) o con café de malta. De esta manera encararán el día con mayor energía, a no dudarlo.