viernes, 17 de mayo de 2013

LA SALUD SEGÚN LA PERSONALIDAD



¿Puede la personalidad provocar un ataque cardíaco?

Un difundidísimo estudio realizado en la década de 1960 afirmaba que las personas del Tipo A (ambiciosas, agresivas, impacientes) era más propensas a los ataques cardíacos que las del Tipo B, más tranquilas.  El prototipo del Tipo A, se decía, es el varón ejecutivo de empresas en la cumbre del triunfo, a los cuarenta  o cincuenta años de edad.

Pero cuando otras investigaciones llegaron a la conclusión de que no había diferencia alguna entre ambos tipos por lo que a ataques cardiacos se refiere, se dijo que aún había que afinar el estudio original.  Se buscó, cuál podría ser el "rasgo pernicioso" del Tipo A y se adujo que la hostilidad, el cinismo y el egocentrismo son más peligrosos para el corazón que la ambición, aunque estas conclusiones tampoco pasan de ser meras hipótesis.

Se ha sugerido que las personas del Tipo A pueden protegerse contra los males cardiacos si aprenden a ser un poco más indiferentes a la crítica y a las presiones. Y, séase del tipo que se sea, es de gran ayuda comer con sensatez, dejar de fumar, hacer ejercicio y mantener a raya la presión arterial.

¿Por que algunas personas se enferman más que otras?

El estado anímico y mental puede hacer que los síntomas de una enfermedad sean aún más desagradables de lo que son y, por principio de cuentas, también puede hacerlo a uno más propenso a enfermarse, pero aún no está claro en qué consisten los mecanismos biológicos y de personalidad que causan todo eso. 
Desde luego, a los problemas físicos y emocionales podría añadirse una predisposición genética, pero la conclusión de los investigadores apunta a que la propensión a las enfermedades tienen causas de índole más bien psicológica.  Por ejemplo, en la escuela militar de West Point (EUA), los científicos hallaron que los cadetes muy ambiciosos pero no muy buenos estudiantes, propendían a enfermar de mononucleosis (padecimiento causado por un virus).

¿Hay otros males asociados con la disposición de cada quien?

Es muy tentador atribuir a la personalidad enfermedades cuyas causas se desconocen; como dice Susan Sontag en su ensayo "Enfermedad y metáfora".  Antes de que se descubriera el bacilo de la tuberculosis, se creía que ésta era causada por la índole pasional de los pacientes.

Y en lo concerniente a otras posibles relaciones entre personalidad y enfermedad, los hallazgos más recientes son contradictorios; por ejemplo, hoy no tienen mucho apoyo la idea de que hay personalidades "ulcerosas", como antes se afirmaba, pero por otra parte se han encontrado pruebas de que ciertos rasgos neuróticos, como la ansiedad crónica, el pesimismo y la hostilidad, causan propensión a las enfermedades hacia los 40 años de edad. 

Según un estudio iniciado en Harvard en 1937 y que durante 30 años siguió el desarrollo de un grupo de estudiantes varones, aquellos que ante los problemas de la vida tendían a huir o a fantasear eran cuatro veces más propensos a enfermarse que los más estables y maduros.  Esto no se refiere a ninguna enfermedad en particular, sino en general a la mala salud; por otra parte, se aduce que los neuróticos no se enferman más que los demás, lo que sucede es que se quejan más.

¿Es el narcisismo un producto del egoísmo que prevalece hoy día?

El narcisismo (cuyo nombre se deriva de Narciso, mítico joven griego que se enamoró de su imagen reflejada en el agua)  no es cosa nueva; hoy parece ser más común porque la mentalidad de la gente se ha inclinado hacia la filosofía del "primero yo, después yo y siempre yo"

Los narcisistas no acostumbran a interarse de lo que los demás sienten y necesitan; exageran su propia importancia y su talento y, si no consiguen atraer la atención, incluso la adulación que creen merecer, sienten que se les rechaza injustamente, como el al actor que culpa a los críticos de su propia incompetencia.
En general, los psicólogos consideran que estas personas fueron muy mimadas en su infancia (o a la inversa; no recibieron suficiente cariño).  Aunque aparentan lo contrario suelen sentirse muy desolados.

¿Por qué hay personas que viven preocupadas por apagar las luces y cerrar las puertas?

A muchos nos ha ocurrido regresar a casa para asegurarnos de que la estufa estaba apagada, pero hay quienes viven con ese tipo de preocupaciones; es posible que tengan lo que los psiquiatras llaman una personalidad obsesivocompulsiva.  Por lo regular son personas perfeccionistas rígidamente ancladas a ciertas ideas y rutinas.

En casos extremos estas "manías" se convierten en un trastorno grave porque la persona no puede dejar de repetir determinados actos, por más que sepa que son irracionales e incluso autodestructivos, como cuando poseída la persona de un irresistible temor  a las infecciones, se lava las manos cien veces al día hasta que le quedan en carne viva.

Recientemente se ha descubierto que en los cerebros  de algunos obsesivocompulsivos  existen ciertas anomalías fisiológicas; determinadas zonas de los lóbulos frontales y de los ganglios basales (en la base de la corteza cerebral) tienen un metabolismo demasiado acelerado; otros estudios indican que los niveles de serotonina, neurotransmisor químico muy abundante en esas zonas, son excesivos en dichos enfermos.
Por consiguiente, para corregirlo se utilizan medicamentos que regulan el nivel de serotonina.

Las recientes investigaciones cerebrales podrían explicar un sonado caso de intento de suicidio ocurrido en Inglaterra; un individuo se disparó con un rifle en la cabeza porque ya no podía vivir con su comportamiento obsesivocompulsivo.  Lo interesante no es sólo que sobrevivió, sino que también quedó "curado" de sus manías.

Dra. Jean Marcelle
   Psicoterapeuta